¿Cómo potenciar tu marca personal gracias al capital visual?

 ¿Cómo potenciar tu marca personal gracias al capital visual?

El concepto de capital visual es súper importante cuando hablamos de branding, percepción de valor e imagen pública, en el marco de las relaciones públicas y la construcción de marca personal.

¿Qué es el capital visual?

Digamos que es la percepción visual que proyectamos, influenciando directamente en cómo somos percibidos y cómo construimos nuestra marca personal gracias a elementos visuales que son interpretados por las otras personas y audiencias.

El capital visual comprende todos los elementos visuales que conforman nuestra imagen personal. Desde la forma en que nos vestimos y comunicamos a través del lenguaje corporal hasta la estética de nuestro entorno digital, cada detalle contribuye a esta impresión visual. Incluye aspectos como la vestimenta, el peinado, el uso del color, la postura, el lenguaje no verbal y la coherencia estilística.

Por ejemplo, en algunas estrategias de relaciones públicas, se afina el capital visual de la persona para elevar la percepción de valor de su marca personal a través de elementos que representan elegancia, sofisticación, exclusividad y seguridad como el maquillaje, las joyas, los tacones, piezas statement como un blazer o unas gafas de sol, y grabando los videos en espacios como hoteles de lujo o rascacielos.

Así, aunque la persona es la misma, transmite un mensaje distinto que le hace conectar con nuevos clientes y abrir puertas de oportunidades.

Importancia del capital visual en la marca personal

La imagen personal es más que una simple apariencia superficial; es un activo estratégico en la construcción de la marca personal.

La primera impresión muchas veces se forma antes de que pronunciemos una sola palabra. Por lo tanto, cuidar y gestionar nuestro capital visual nos permite comunicar valores, profesionalismo y personalidad de manera efectiva.

El capital visual como recurso de branding

Desde la perspectiva del branding, el capital visual se convierte en un recurso de altísimo valor porque es el primer punto de contacto entre la marca personal y su audiencia.

Tal como sucede con una marca comercial, el diseño visual —colores, formas, estilo y presentación— habla por la marca incluso en silencio.

Una imagen personal sólida y coherente se convierte en un identificador único que facilita el reconocimiento y la recordación, lo que contribuye directamente a la construcción de una identidad de marca memorable.

Pensemos por ejemplo en la camiseta negra y los jeans de algunos genios de la tecnología como Steve Jobs y Mark Zuckerberg que transmiten practicidad y enfoque en lo importante: sus ideas innovadoras. O Anna Wintour, editora en jefe de Vogue, con su característico corte de pelo bob y sus gafas grandes y oscuras que transmiten poder y autoridad en el mundo de la moda. Incluso, representan distinción y hasta inaccesibilidad al crear “una barrera” entre ella y la “gente común”.

Cuando una persona cuida intencionalmente su estética visual, está transmitiendo un mensaje claro sobre su posicionamiento, su propuesta de valor y su nivel de profesionalismo. Esto influye directamente en la percepción de valor que los demás asignan a su trabajo, sus servicios o su liderazgo.

Influencia del capital visual sobre la percepción de valor de una marca

La percepción de valor no se define únicamente por las credenciales o la experiencia; también se moldea por la forma en que una persona se presenta al mundo.

Una marca personal o comercial con un capital visual bien trabajado genera confianza, autoridad y diferenciación, lo que permite posicionarse en la mente de los demás como un referente. En términos simples: una buena imagen vende, persuade y abre puertas.

Estrategias para potenciar el capital visual

Coherencia y autenticidad: Alinear nuestra imagen visual con nuestros valores y objetivos profesionales. Aunque también podemos considerar el nivel de puesto y la industria.

Actualización: Adaptar nuestra imagen conforme evoluciona nuestra propuesta de valor y nuestra marca personal. El capital visual está pensado como gancho para la audiencia que queremos traer, ayudándonos a destacar de la competencia.

Profesionalismo y cuidado: Invertir en la calidad de nuestra vestimenta, cuidado personal y presencia digital es importante, porque son estímulos que transmiten un mensaje.

Mi inversión en capital visual

El último año, por ejemplo, cambié por completo mi clóset debido a que, aunque el clima de mi ciudad es caliente, andar con shorts y sandalias abiertas no me parecía lo más adecuado para la percepción que quiero generar como estratega senior de relaciones públicas.

Por eso, invertí en blazers, faldas lápiz, pantalones de vestir, tacones, blusas más delicadas, bolso y cartera de cuero, un reloj nuevo, y en perfumes y buenos productos de skincare.

No lo vi como un gasto sino como una inversión orgánica y necesaria cuando el éxito de mi negocio depende puntualmente de mí como marca personal y de lo que transmito.

Además, tengo mi propio sitio web profesional (en el que estás leyendo esto), equipo tecnológico de calidad para producir mi contenido y realizar las reuniones con clientes, mi branding (logo y kit de marca), fotos profesionales para la mayoría de mis posteos, y estoy trabajando en refinar mis redes sociales. Y eso es lo que me ha ayudado a que me perciban como altamente profesional y me contraten.

En resumen, el capital visual no solo se trata de cómo nos vemos, sino de cómo queremos ser percibidos, puesto que en un mercado competitivo y saturado de estímulos, la forma en que nos mostramos al mundo puede marcar la diferencia.

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